Como norma general, debemos beber en
los intervalos entre comidas, entre dos horas después de comer y media hora
antes de la siguiente comida. Está especialmente recomendado beber uno o dos
vasos de agua nada más levantarse. Así conseguimos una mejor hidratación y
activamos los mecanismos de limpieza del organismo.
sábado, 17 de noviembre de 2012
Recomedaciones para el uso del agua
Si
consumimos agua en grandes cantidades durante o después de las comidas,
disminuimos el grado de acidez en el estómago al diluir los jugos gástricos.
Esto puede provocar que los enzimas que requieren un determinado grado de acidez
para actuar queden inactivos y la digestión se ralentize. Los enzimas que no dejan de actuar por el
descenso de la acidez, pierden eficacia al quedar diluidos. Si las bebidas que
tomamos con las comidas están frías, la temperatura del estómago disminuye y la
digestión se ralentiza aún más.
En la mayoría de las poblaciones es preferible
consumir agua mineral, o de un manantial o fuente de confianza, al agua del
grifo
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