La
calidad del agua se define por la concentración de sus constituyentes químicos.
El hecho de introducir materias en el agua, de modo directo o indirecto implica
una alteración perjudicial de su calidad en relación con su función ecológica o
los usos posteriores.
La situación mundial actual frente a la contaminación
del agua resulta verdaderamente preocupante, pues más de 2.200 millones de habitantes
de los países desarrollados, la mayoría niños,
mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua
potable.